¿Qué es el rechazo escolar? (¿Y cómo evitarlo?)

El rechazo escolar afecta a todos los implicados. Para muchos de nosotros, las mañanas de por sí ya son un reto. Si a esto le añadimos el rechazo escolar, tenemos una situación muy estresante entre manos.

Nadie quiere ver a su hijo triste ni enfadado, ni llevar a un niño gritando y pataleando a la parada del autobús. Además que no son solo los niños pequeños que sufren rechazo escolar. Para las familias con hijos mayores, la situación puede ser aún más complicada: ¿Cómo obligas a un estudiante de secundaria a ir a clase cuando realmente se niega?

• Escucha primero. Averiguar qué hay detrás del rechazo escolar te puede ayudar a resolver el problema. Elige un momento privado y de bajo estrés (como durante la cena o el fin de semana, pero no en la mañana justo antes de ir a la escuela) para entablar conversación con tu hijo. ¿Qué hay de nuevo en la escuela? ¿Qué le gusta? ¿Qué no le gusta? Si hay algo que le produce ansiedad o tristeza, esto podría ser la causa del rechazo escolar.

• Pídele ayuda a la escuela. Especialmente si has identificado una causa concreta, como una clase que le produce ansiedad o una dinámica social complicada, coméntaselo a su maestro o profesor. En el caso de los niños más pequeños, fíjate si puedes elaborar un plan con su maestro para ayudar a tu hijo a que se sienta más cómodo y seguro en el salón de clase. En el caso de los estudiantes mayores, un consejero u otro adulto de confianza en la escuela (como un entrenador deportivo u otro asesor extraescolar) puede ser un buen aliado.

• Enfócate en las actividades extracurriculares que prefiere tu hijo. Para muchos estudiantes, especialmente en secundaria, los deportes, actividades artísticas, clubes y organizaciones son el verdadero atractivo de la escuela. Si tu hijo aún no ha descubierto qué le gusta hacer en la escuela, asegúrate de que se apunte a un par de actividades diferentes para probarlas. Las actividades extracurriculares no tienen por qué ser caras para tener un gran impacto en la disposición de tu hijo para ir a la escuela.

• Monitorea el uso de las pantallas. Hay evidencia de que el aumento del tiempo de pantalla durante la pandemia ha provocado más rechazo escolar. Aunque es difícil entender exactamente cuál es la relación entre el tiempo de pantalla y el rechazo escolar, es razonable pensar que si tu hijo tiene acceso a su teléfono o tableta todo el día cuando está en casa, quedarse en casa puede empezar a parecerle más entretenido que ir a la escuela. Controlar y disminuir estos hábitos puede ayudar.

• Con esto en mente, asegúrate que el quedarse en casa sea aburrido. Quedarse en casa significa hacer tareas extra o ponerse al día con los deberes, no ver sus programas favoritos o enviar mensajes de texto a sus amigos. (Por supuesto, si tu hijo está realmente enfermo, debe descansar y recuperarse para poder volver a clase).

• Incentiva la asistencia escolar. No estamos diciendo que les pagues por ir a la escuela (aunque podría funcionar). Pero asistir a la escuela es realmente importante y, en nuestra opinión, no hay nada malo en ofrecer algunos incentivos para que lo hagan. Pueden ser pequeños: por ejemplo, una salida a tomar un helado u otro evento divertido si pasan una semana, dos semanas o un mes sin faltar.

• Si todo lo demás falla, considera cambiar de escuela. Obviamente no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Pero si la escuela de tu hijo no es la más adecuada para él, un nuevo entorno y un nuevo comienzo puede ser lo que necesita. He aquí los diferentes tipos de escuela para tener en cuenta.

No hay otra manera de decirlo: El rechazo escolar es brutal cuando estás en medio de la situación. Pero la asistencia es realmente importante y vale la pena invertir tiempo y esfuerzo en familia para llegar a la raíz del problema y resolverlo juntos.