Las ausencias no suelen recibir mucha atención, pero los estudios sugieren que pueden ser enormemente perjudiciales para el éxito de un niño en la escuela y lo que emprendan después. Un estudio reciente, por ejemplo, descubrió que los estudiantes con "ausencias crónicas" en kínder y primer grado tenían muchas menos probabilidades de leer bien en tercer grado. En sexto grado, las ausencias frecuentes son una de las señales de advertencia más poderosas de que un estudiante abandone los estudios.
Estos son algunos aspectos para tener en cuenta cuando se trata de faltar a la escuela:
- Las ausencias son como una corriente que hala silenciosamente a los niños. Las ausencias crónicas pueden crear un círculo vicioso en el cuál a los estudiantes se les dificulta ponerse al día, se frustran, se aíslan de sus compañeros y pierden el interés por la escuela, lo que fomenta aún más ausencias. Un estudiante se puede recuperar de uno o dos días perdidos en el transcurso de unos meses, pero las ausencias más frecuentes pasan factura rápidamente.
- No hay que faltar mucho a la escuela para ser considerado "ausente crónico". Sabemos lo que estás pensando: Es imposible que mi hijo sea "ausente crónico". Solo ha faltado un día aquí y otro allá. Sin embargo, considera esto: según Attendance Works, el "absentismo crónico" se define como la ausencia de un 10% del año escolar. Para la mayoría de los estudiantes, eso es alrededor de 18 días, o solo dos días por mes.
- Faltar a la escuela es faltar a la escuela, no importa la razón. Puede que no lo sepas, pero el impacto de las ausencias justificadas y no justificadas es el mismo. Un viaje de reunión familiar tiene el mismo coste en pérdida de aprendizaje que quedarse en casa una semana con gripe. Si a esto le añadimos el coste de todo el tiempo de aprendizaje perdido en los últimos años debido a la pandemia de Covid-19, los días perdidos aquí y allá realmente se acumulan.
Entonces, ¿cómo puedes mantener a tu hijo fuera de la corriente de ausencias?
Empieza por crear el hábito de llegar a la escuela a tiempo todos los días, desde el kínder. También es buena idea: tener una rutina regular a la hora de acostarse y por las mañanas, hacer un seguimiento de las ausencias en casa, tener un vecino o familiar que pueda llevar a tu hijo a la escuela cuando tú no puedas, y dejar que tu hijo falte a la escuela solo si está realmente enfermo. Para obtener más consejos y estrategias prácticas, descarga nuestra guía No pierdas el autobús o consulta otros recursos de organizaciones como Attendance Works.
Los niños van a faltar un día de vez en cuando, pero asegúrate de que uno no se convierta en otro y en otro. Trata cada ausencia como un gran problema. A veces puede ser un dolor de cabeza hacer que un niño malhumorado o resistente vaya a la escuela, pero es mucho más fácil que tratar de que se ponga al día después de que se retrase.

Attendance Works Handouts
Consejos y folletos para las familias sobre cómo mejorar la asistencia escolar.

Healthy Children
Dirigido por la Academia Americana de Pediatría, este sitio web para padres de familia se centra en que los niños estén sanos. Consulta sus recursos para hablar con tu hijo sobre la pubertad y mucho más.
No te pierdas un instante.
Suscríbete a nuestra lista de correo electrónico para recibir recursos personalizados, acceso anticipado a nuevos contenidos e invitaciones a seminarios web exclusivos para suscriptores sobre cómo apoyar la educación de tu hijo.
Inscríbete para recibir correos electrónicos¿Necesitas hablar con un experto? Consulta nuestros servicios de navegación para obtener ayuda personalizada.
Recursos relacionados

Cómo dormir mejor para rendir mejor en la escuela

Cómo pasar por una transición escolar

Lo que deben saber los padres sobre los esfuerzos de recuperación por la pérdida de aprendizaje en pandemia
