Pensando y aprendiendo

Dando el salto a la secundaria

Si la escuela media es como montar en bicicleta con rueditas, la escuela secundaria es el ciclismo en serio. Tu hijo tendrá que ser aún más independiente y organizar sus varias prioridades académicas, extracurriculares y sociales. Ayudarlo a prosperar durante el primer año de secundaria lo preparará para el éxito en los años venideros. ¿En qué deben enfocarse las familias durante esta importante transición?

Los estudios demuestran que los estudiantes que tienen un buen comienzo en el primer año de secundaria tienen más probabilidades de graduarse que sus compañeros que tienen un inicio más difícil. Por lo tanto, es buena idea asegurarse que tu hijo tenga una transición sin problemas de la escuela media a la secundaria para que tenga una mejor experiencia durante los próximos cuatro años. 

¿En qué deben enfocarse las familias durante esta importante transición?

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Conoce a los adultos que cuidan de tu hijo. En la escuela secundaria, es probable que tu hijo tenga aún más profesores que en la escuela media. Es una buena idea averiguar qué personas serán una presencia constante a lo largo de toda su secundaria, y empezar a conocer a estas personas desde ahora. En muchas escuelas, estos individuos serán los consejeros escolares y los profesores del aula. Para los estudiantes que tienen un gran interés en una actividad extracurricular, podría ser el entrenador o asesor. Sea quien sea, acércate a ellos ahora para presentarte. O puedes preguntar cuál es la mejor manera de contactarlos y compartirles tu información de contacto. Es menos probable que un estudiante pase desapercibido en la secundaria si hay adultos en la escuela vigilándolos y velando por ellos, y establecer una buena comunicación con estas personas puede ayudarte a mantenerte informado sobre cómo le va a tu hijo.

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Pon atención al equilibrio entre lo académico y todo lo demás. Las actividades extracurriculares, como las artes y los deportes, son una parte muy importante de secundaria. Para muchos niños, son una gran motivación para ir a la escuela en primer lugar. Pero en la escuela secundaria el tiempo y compromiso que demandan estas actividades aumenta significativamente, y el tiempo requerido para las actividades académicas también aumenta. Además, muchos estudiantes secundarios también trabajan. Es mucho. Ten una conversación sincera con tu hijo sobre las expectativas académicas: ¿Qué tipo de calificaciones debe mantener para poder participar en las actividades que ha elegido? (Muchas veces las escuelas tienen sus propias reglas sobre esto). Nadie quiere obligar a su hijo a dejar la banda o el baloncesto, pero asegúrate de que tu hijo sepa lo que se espera de él.

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Si tu hijo está en un programa de formación comercial o industrial, ayúdale a equilibrar las expectativas adicionales. Los estudiantes que eligen una formación comercial en la escuela secundaria pueden tener que salir del campus para algunos de sus cursos o experiencia laboral. Esto significa que tendrán que gestionar un horario más complicado y equilibrar diferentes conjuntos de expectativas. Esto puede ser complicado, pero también ofrece grandes oportunidades de crecimiento para tu hijo.

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Pon atención a las notas constantemente bajas. La verdad es que, en la escuela primaria y media, las calificaciones no son realmente importantes. Por supuesto, importan en el sentido de que pueden ayudarte a entender cómo le va a tu hijo en la escuela, y eso es importante. Pero no importan en el mundo, porque nadie más las ve. Eso cambia en secundaria. Si tu hijo está pensando en aplicar a la universidad o a un programa de formación laboral, su expediente académico formará parte del proceso de solicitud. (Aquí tienes un resumen rápido de cómo se calculan los promedios de calificaciones). Una sola calificación baja aquí o allá no es un problema, pero si tu hijo adolescente está teniendo un tramo de bajo rendimiento académico, no te quedes esperando. Tal vez esté teniendo dificultad con las exigencias académicas de sus cursos, o con las tantas responsabilidades que se le han sumado. Tal vez sea algo más, como problemas con la lectura o con las matemáticas básicas, que les esté creando una barrera. Empieza por conversar con tu hijo sobre lo que puede estar pasando. Anímalo a que se ponga en contacto con sus profesores para que le den apoyo adicional y considera la posibilidad de reunirte con su consejero para averiguar cómo abordar las causas fundamentales de los problemas de tu hijo.

(Aquí tienes un resumen rápido de cómo se calculan los promedios de calificaciones).

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