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Cómo hablar con tu adolescente sobre la escuela

¿Cómo les va realmente en la escuela? ¿Y en la vida? ¿Y cómo se supone que sepas cómo apoyarlos?

Tal vez has tenido esta experiencia: Tu hijo llega a casa de la escuela (o del trabajo, o de salir con sus amigos) y se va directamente a su habitación. Sale para comer y luego regresa. ¿Están haciendo los deberes allí? ¿Planificando su futuro? ¿Haciendo Tik Toks? Tu suposición es tan buena como la nuestra. ¿Cómo les va realmente en la escuela? ¿Y en la vida? ¿Y cómo se supone que sepas cómo apoyarlos?

Estas son buenas preguntas. Ojalá hubiera respuestas fáciles. Pero como no las hay, hemos preguntado a los educadores de secundaria de nuestro equipo, y a algunos padres de jóvenes casi adultos, cuáles son sus principales sugerencias para conseguir que tu adolescente te hable de los estudios.

Esto es lo que nos dijeron:

  • Comienza con un calentamiento. No empieces con las cosas importantes. Haz que tu hijo entre en calor y tenga ganas de hablar con una pregunta fácil para iniciar la conversación (como, por ejemplo, "¿Con quién almorzaste hoy?").

  • Conversa mientras hacen otras cosas. Nos encanta conversar cuando estamos en el auto porque a) no hay nada más que hacer; y b) no es necesario el contacto visual. Como las conversaciones en el auto pueden parecer "menos serias", aprovecha estos momentos para hablar sobre lo que pasa en la escuela (y también en el resto de sus vidas). Si conducir no forma parte de tu vida diaria, cualquier otra actividad cotidiana puede funcionar, como preparar la cena o lavar los platos. Los adolescentes y los jóvenes adultos son muy buenos para hacer varias cosas a la vez, por lo que puede ser útil combinar una conversación con algo que ofrezca una distracción para sus manos y sus ojos.

  • Se específico. Esto funciona tanto en niños preescolares como en jóvenes adultos: No vas a conseguir ningún detalle jugoso si preguntas, "¿Cómo te fue hoy?". Si quieres saber sobre lo académico, pregunta detalles concretos: "¿Qué están leyendo en la clase de Historia?" "¿De qué trata tu próximo trabajo de Inglés?" "¿Puedes explicarme tus deberes de matemáticas?". Puede que te pongan caras, pero al menos la respuesta no será "nada".

  • Llega a conocer a sus amigos. Tu hijo no querrá que te quedes hablando con sus amigos. Pero es importante conocerlos porque no solo te ayudará a saber en qué andan, sino también serán un buen barómetro para saber cómo les va en la escuela. ¿En qué tipo de clases y actividades participan sus amigos? ¿Te parece que los amigos motivan a tu hijo a enfocarse en sus estudios o desvían su atención de la escuela? Los amigos también pueden darte pistas sobre los temas que debes hablar con tu hijo.

  • Los adolescentes son interesantes, así que pregunta por sus intereses. Puede que a ti no te interesen las mismas cosas, pero puede que consigas que la conversación fluya si empiezas preguntándoles por las cosas que les entusiasman, incluso si esas cosas tienen lugar fuera de la escuela.

  • Insiste. No siempre querrán hablar contigo. (Y no pasa nada). Pero si siempre les dejas excluirse de la conversación, seguirán excluyéndose. Reserva un espacio para las conversaciones familiares y prueba diferentes estrategias hasta que encuentres las que funcionan en tu casa. Si no quieren hablar de su día, prueba hablándoles de tu día: Puede que esto les motive a entablar una conversación. (O puede que estén tan aburridos de tu vida que empiecen a hablar por desesperación).

  • Y una última cosa: ayuda a tu hijo a aprender a pedir ayuda en la escuela cuando lo necesite. Es más difícil estar en contacto con los profesores de tu hijo cuando está en la secundaria (y en la universidad). Y, en cierto modo, ya no es tu trabajo estar tan pendiente de sus estudios como antes. Una de las mejores cosas que puedes hacer es ayudar a tu hijo a adquirir la capacidad de pedir ayuda por sí mismo. Si parece que tiene dificultades o te preocupa cuáles son sus próximos pasos, ayúdale a entender sus opciones. ¿Tiene un consejero, decano o mentor al que puede acudir? Si tiene problemas en una clase específica, su profesor puede darle apoyo adicional o darle proyectos adicionales para compensar una baja nota, pero lo más seguro es que tu hijo tenga que preguntar. Resiste la tentación de preguntar tú mismo, y anima a tu hijo a hablar y preguntar cuando necesite un empujón.

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