Cuando no quieren ir a la escuela...

Algunas familias eligen un recuerdo pequeño de casa para que sus hijos lleven consigo a la escuela, como una foto familiar metida en la mochila. También pueden elegir un par de dijes o piedritas especiales: una se queda contigo y la otra se la lleva tu hijo en el bolsillo en la lonchera, como recordatorio de tu amor.

Los libros sobre la ansiedad escolar pueden ser útiles para iniciar conversaciones en casa. Llama Llama Misses Mama, de Anna Dewdney, Wemberley Worried, de Kevin Henkes, y The Pigeon HAS to Go to School, de Mo Willems, son algunos de nuestros preferidos.

Adaptarse a la escuela puede tomar tiempo. Recuérdale a tu hijo que es normal que se sienta triste. Asegurale que lo verás pronto y haz que la despedida sea breve, si puedes.

Los niños pequeños son como los lobos: Huelen tu miedo. Mantente fuerte en la puerta. Luego podrás descargar tus preocupaciones con tus amigos o compañeros de trabajo.

Planifica algo que le haga ilusión al final de la semana. Puede ser algo pequeño pero especial para tu familia, como una visita a su parque infantil favorito o una salida a tomar un helado. (¿Suena esto a soborno? Eh, nosotros también somos padres).